Aquí os dejo una de esas recetas que tardas exactamente el tiempo que utilizas para sacar los ingredientes de la nevera, bueno algo más pero muy poquito mas...
Yo utilizo el yogur La Ermita de Cantabria porque nos encanta. Es un yogur con una textura cremosa y con el toque justo de dulzura y acidez. No tiene conservantes, solo fermentos lácticos y leche.
El yogur posee una tolerancia digestiva de la lactosa , mayor que la leche, ayuda a fortalecer los huesos por su alto contenido en calcio, es rico en vitaminas del complejo B, vitaminas A y D, en minerales como el potasio, zinc, magnesio y fósforo.
Vamos que si además de todo lo bueno que tiene el yogur le añadimos un sabor espectacular y una buena presentación hacemos que este postre sea uno de nuestros favoritos.
- 500 gr yogur natural
- 1 c/p esencia de vainilla
- 150 gr azúcar
- 40 gr maicena
- Azúcar glas
ELABORACIÓN.
Cogeremos un buen pedazo de papel de horno, lo arrugaremos y lo humedecemos con agua, estiramos y lo colocamos sobre el molde que vayamos a utilizar, yo he utilizado uno de 20 cm. Engrasa el papel y reserva.
En un bol batimos con varillas, todos los ingredientes excepto el azúcar glas, hasta que esté todo bien integrado.
Vertemos la mezcla en el molde y lo introducimos en el horno precalentado a 180 º C unos 45 minutos o hasta que veamos que tiene color por encima.
Sacamos y lo dejamos enfriar. Espolvoreamos con el azúcar glas o cacao.
Espero que os guste!!
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